La lana de oveja es representativa de la zona de Puna en el norte de Argentina. Los artesanos utilizan principalmente los colores naturales de la lana. La compleja técnica de tejido con esta lana es dominada por las mujeres de esta región. La lana de oveja se compra en los distintos pueblos de la zona donde se ubican los productores.

En las comunidades de la Puna se fomenta la cría de llamas y ovejas para la producción de carne y fibra; las fibras se procesan para la producción de artesanías textiles. Esta actividad económica consta de varias etapas hasta llegar a la confección. El proceso comienza con la cría y cuidado de los animales, seguido de la esquila y limpieza de la lana para que esté lista para el hilado. Las mujeres también trabajan con tintes naturales para teñir el hilo y obtener diferentes colores para tejer los tejidos ya sea en el telar o con agujas. Este trabajo ha sido realizado por pequeñas organizaciones y comunidades en Argentina durante generaciones.

Esquila y producción de lana.
En América del Sur, los animales se esquilan una vez al año y la lana vuelve a crecer durante doce meses antes de volver a esquilarse el verano siguiente. El esquilado se realiza a mano con tijeras por especialistas (esquilado manual).

Una característica especial es de gran importancia para obtener tejidos resistentes y duraderos. La fibra de lana puede adoptar cualquier forma sin romperse ni rasgarse. Excelente aislamiento contra el frío y el calor: La capacidad de actuar como un buen aislante térmico se debe a la forma de las fibras. Además, la ropa de lana no se pega al cuerpo. Además, nuestra lana de oveja para la confección de nuestras prendas de vestir y productos textiles para el hogar tiene una excelente caída, suavidad y mayor comodidad debido a la ventilación del tejido. Por último, la lana de oveja repele la suciedad y es fácil de limpiar.